INFORME DE GEOPOLÍTICA

LAS 10 NOTICIAS MÁS IMPORTANTES (ÚLTIMAS 24 HORAS)

1. El ultimátum de Ginebra: el plan de los 28 puntos

Hechos

En Ginebra, la delegación estadounidense encabezada por el secretario de Estado Marco Rubio y el enviado especial Steve Witkoff presentó a Kiev el “Plan de Paz de 28 Puntos”, con un plazo perentorio: aceptar antes del 27 de noviembre o afrontar el corte de apoyo militar y financiero.

El documento, elaborado en conversaciones directas entre Washington y Moscú —con el enviado ruso Kirill Dmitriev, director del fondo soberano ruso, actuando como arquitecto económico— exige a Ucrania:

  • Cesión de facto del Donbás oriental completo y consolidación de todas las conquistas territoriales rusas actuales.

  • Reducción del ejército ucraniano a 600.000 efectivos (la contrapropuesta europea lo eleva a 800.000).

  • Renuncia constitucional a la OTAN y aceptación de un estatuto de neutralidad permanente.

  • Reconocimiento del ruso como lengua oficial en todo el país.

  • Límites explícitos a ciertos tipos de armamento y sistemas de largo alcance.

El propio Donald Trump ha calificado la resistencia de Zelenski como “cero gratitud” (zero gratitude, nula gratitud), recordándole públicamente que sin Washington no habría existido resistencia militar ucraniana a gran escala.

Frente a ese texto, el llamado E3 (Francia, Alemania, Reino Unido) y las instituciones europeas han llevado a Ginebra una contrapropuesta también de 28 puntos, que:

  • Acepta limitar el tamaño del ejército ucraniano, pero en 800.000 efectivos, no en 600.000.

  • Propone reinvitar a Putin al G8 de forma gradual, condicionada al cumplimiento de un alto el fuego verificable.

  • Insiste en posponer toda discusión territorial hasta después de un cese el fuego completo.

  • Exige que los activos rusos congelados financien la reconstrucción ucraniana.

El secretario de Estado de los EEUU Marco Rubio calificó la reunión del domingo 23 de noviembre como “la más productiva hasta ahora”, aseguró haber hecho “progreso tremendo” tras trabajar punto por punto con la delegación ucraniana liderada por Andriy Yermak y se cuidó de negar que se trate de una “lista de deseos rusa” (Russian wish list). Sin embargo, el senador independiente Angus King filtró que, en privado, Rubio habría descrito el borrador inicial precisamente en esos términos.

Del lado ucraniano, el negociador Rustem Umerov llegó a afirmar que la versión actual “refleja la mayoría de las prioridades clave de Ucrania”, señal inequívoca de que la presión combinada de Washington y las capitales europeas está surtiendo efecto.

Implicaciones

Estamos ante un nuevo Yalta, pero sin Churchill ni Roosevelt, y con una Europa relegada al papel de notario nervioso. El plan consagra, de facto, el principio que Occidente decía combatir: que una potencia nuclear puede modificar fronteras por la fuerza y, tras aguantar el desgaste suficiente, obligar a sus adversarios a certificar jurídicamente el resultado.

Para Zelenski, firmar el documento tal como está es un suicidio político. No solo por la cesión territorial, sino porque la combinación de neutralidad forzada, ejército recortado y reconocimiento oficial del ruso sería leída por amplios sectores de la sociedad y de las fuerzas armadas como una capitulación. La amenaza no es solo externa (Rusia), sino interna: un golpe o fractura del bloque nacional que ha sostenido la resistencia desde 2022.

Para Europa, el mensaje es aún más devastador. La garantía automática de seguridad estadounidense —la idea de que Washington cubrirá cualquier agujero— salta por los aires. Polonia, los Bálticos y, en la práctica, toda la Europa del Este entienden que su defensa deja de ser un asunto “atlántico” para convertirse en responsabilidad directa de sus propios presupuestos. La OTAN puede seguir existiendo institucionalmente, pero la confianza en el paraguas se debilita.

El Financial Times y otros medios serios lo resumen con crudeza: el plan “podría formar la base de un acuerdo final de paz”… para Putin. Kiev lo vive como una capitulación. El precedente que se abre es letal: si este esquema se impone, Pekín tomará nota para Taiwán, Ankara para el norte de Siria e Irak, incluso Caracas para el Esequibo.

Ginebra, más que una conferencia de paz, se parece hoy a un laboratorio de cómo se desmonta en directo el orden de seguridad europeo construido desde 1945.

2. Eliminación de Haytham Alí Tabatabai en Beirut: el frente libanés explota

Hechos

Rompiendo cinco meses de calma relativa en la frontera norte, la Fuerza Aérea israelí ha ejecutado un ataque de precisión contra un edificio residencial en Haret Hreik, en la Dahiyeh de Beirut, bastión histórico de Hezbolá.

Objetivo eliminado: Haytham Ali Tabtabai (también escrito Tabatabai/Tabtabai), jefe del Estado Mayor de las fuerzas militares de Hezbolá, en la práctica su comandante militar número uno y enlace principal con la Fuerza Quds iraní. Es decir, el hombre que dirigía la capacidad operativa de la organización y el diseño de su rearme tras los últimos ciclos de guerra.

El ataque ha dejado al menos cinco muertos y más de dos decenas de heridos, según el Ministerio de Salud libanés. Hezbolá ha confirmado la muerte del “gran comandante” y ha advertido de que el bombardeo “abre la puerta a una escalada de agresiones”.

El presidente libanés Joseph Aoun ha acusado a Israel de ignorar los llamamientos a detener los ataques y ha pedido a la comunidad internacional que contenga a Tel Aviv. Netanyahu, por su parte, presume de haber eliminado a un “asesino en masa” y reitera que Israel no permitirá la reconstrucción de las capacidades militares de Hezbolá.

Implicaciones

Israel ha pasado explícitamente de la doctrina de “contención” a la de “decapitación”. Al atacar el corazón político‑militar de Hezbolá en un barrio densamente poblado de Beirut, envía un mensaje inequívoco: no hay santuarios, ni siquiera en zonas urbanas y bajo la ficción de un alto el fuego (ceasefire, alto el fuego).

Para Hezbolá, el dilema es existencial. Si no responde con una reacción cinética de envergadura —ataques con misiles de alcance medio y largo sobre objetivos estratégicos, o una operación espectacular—, pierde credibilidad como “resistencia” ante su propia base y ante Teherán. Si responde, abre la puerta a una guerra regional de gran escala que el Líbano, colapsado económica e institucionalmente, es incapaz de soportar.

Los medios israelíes (Haaretz, Jerusalem Post, Yedioth Ahronoth) hablan de “hazaña operativa” y de ruptura de la cadena de mando de Hezbolá. La prensa árabe y buena parte de la europea subrayan que el ataque rompe un año de calma relativa y pone en riesgo tanto al frágil Gobierno libanés como a la misión de la ONU (UNIFIL). Los medios rusos, TASS y RT en cabeza, enmarcan el episodio en un relato más amplio: Israel, con luz verde de Washington, como gran factor desestabilizador de Oriente Medio.

Geopolíticamente, el frente libanés pasa de ser un “teatro secundario” a palanca principal sobre el futuro de Gaza y la arquitectura de seguridad regional. Si Hezbolá lanza una tanda de misiles de precisión sobre centros neurálgicos israelíes, la guerra dejará de ser el “archivo Gaza” para convertirse en un conflicto abierto entre Irán (y su constelación de milicias) e Israel respaldado por Estados Unidos. El riesgo de error de cálculo ya no es amarillo. Es rojo intenso.

3. Gaza: el frágil alto el fuego y el plan ONU-Trump

Hechos

Mientras el Consejo de Seguridad de la ONU acaba de consagrar en una resolución el plan de 20 puntos de Donald Trump para Gaza —que incluye una fuerza internacional de estabilización y una “junta de paz” (board of peace, consejo de paz) con amplios poderes sobre la franja—, sobre el terreno lo que se escucha no son discursos, sino explosiones.

En las últimas 24 horas, los ataques israelíes han vuelto a golpear barrios densamente poblados. Un reportaje de Al Jazeera sobre las últimas incursiones habla de decenas de muertos, hospitales al límite y un flujo de ayuda humanitaria aún drásticamente restringido.

En paralelo, el campo de refugiados de Nuseirat se ha convertido en símbolo de la “tregua de mentira”: bombardeos sobre edificaciones civiles en un contexto en el que Israel afirma respetar el alto el fuego. Diversas fuentes locales y organizaciones de seguimiento han documentado 497 ataques israelíes desde la declaración de la tregua en 44 días.

Implicaciones

Lo que se vende como “alto el fuego” es, en realidad, una guerra de baja intensidad y desgaste. La estrategia es clara: control de los suministros, presión psicológica y bombardeos periódicos. 

Sobre el papel, la resolución de la ONU y el plan de Trump describen un itinerario hacia una administración internacional de transición y, en teoría, hacia una forma de estatalidad palestina limitada. En la práctica, Israel sigue empleando una fuerza aérea abrumadora sobre un territorio devastado, con una infraestructura sanitaria quebrada y una población desplazada dentro de una cárcel al aire libre.

Los grandes medios anglosajones (Washington Post, Financial Times, The Guardian) se mueven entre la constatación del drama humanitario y un escepticismo radical sobre la viabilidad del plan: ¿quién pondrá las tropas? ¿Quién mandará realmente en Gaza? ¿Cómo se entrega ayuda sin levantar el bloqueo? En la prensa israelí, el discurso es otro: Hamás sigue armado, aún retiene cuerpos de rehenes y la “mitad de la franja” sigue bajo control militar directo.

En los medios árabes (Al‑Jazeera, Al‑Quds Al‑Arabi, Arab News), la narrativa dominante es la de un alto el fuego inexistente y una población civil sometida a constantes presiones militres y humanitarias. 

4. Ucrania: negociaciones en Suiza, drones en Khárkiv, fuego en Moscú

Hechos

Mientras en Ginebra se negocia el mapa del futuro de Ucrania, sobre el terreno la guerra no se detiene ni un minuto.

Según Reuters, un ataque masivo con drones rusos sobre Khárkiv ha dejado al menos tres muertos y daños importantes en infraestructuras civiles, en una de las varias oleadas registradas en las últimas horas. Otra pieza de la misma agencia recoge un ataque con drones sobre Dnipró que golpeó una zona residencial exactamente mientras los delegados se sentaban a la mesa en Suiza.

Kiev, por su parte, ha intensificado su campaña de drones de largo alcance contra objetivos en territorio ruso. En estas últimas horas, Ucrania ha atacado una central termoeléctrica en la región de Moscú, provocando un gran incendio y cortes de calefacción para decenas de miles de personas, según fuentes rusas. Es solo el último capítulo de una tendencia clara: la guerra ya no se libra solo en Donbás, sino en el corazón energético de Rusia y en las profundidades urbanas de Ucrania.

Implicaciones

La simultaneidad de ofensiva militar y negociación política lanza un mensaje inequívoco: nadie confía lo bastante en el proceso de paz como para dejar de escalar. Moscú demuestra que puede seguir castigando ciudades ucranianas y reforzar la idea de que Kiev no puede defender indefinidamente sus infraestructuras. Kiev, a su vez, enseña a la sociedad rusa que la guerra tiene coste en casa.

Los grandes medios occidentales (Reuters, AP, BBC, CNN) describen esta dualidad como el telón de fondo inevitable de toda negociación de paz: se negocia, pero se negocia desde el fuego, no desde el silencio. Los medios estatales rusos (TASS, RT) presentan los ataques como defensa frente al “terrorismo ucraniano” y subrayan los impactos de drones ucranianos en la región de Moscú como prueba de que hay que “ir hasta el final” para garantizar una solución definitiva.

La combinación de ataques rusos sobre grandes ciudades ucranianas y drones ucranianos contra infraestructuras críticas en Rusia acerca el conflicto al escenario de un ciclo de represalias sobre objetivos energéticos y civiles, difícil de contener. Si a esto se añade la posible ruptura de las conversaciones de Ginebra por rechazo de Kiev al ultimátum, el riesgo de colapso simultáneo del frente militar y del marco diplomático es real.

5. Guerra híbrida en el mar del Norte: el Yantar y la vulnerabilidad submarina

Hechos

El secretario de Defensa británico, John Healey, ha revelado que el buque ruso Yantar, presentado oficialmente como “barco de investigación oceanográfica”, ha estado operando repetidamente sobre cables submarinos críticos en el Mar de Irlanda y al norte de Escocia.

Lo que convierte el episodio en un salto cualitativo es el uso de armas láser desde el buque ruso para deslumbrar a pilotos de aviones P‑8 Poseidon de la RAF que lo vigilaban y a helicópteros y buques británicos en maniobras de seguimiento. Healey ha calificado el comportamiento ruso de “profundamente peligroso” y ha anunciado un cambio en las reglas de enfrentamiento, advirtiendo que el Reino Unido tiene “opciones militares listas”.

Informaciones previas del Financial Times y del Kyiv Independent ya habían documentado la presencia del Yantar y de otros activos de la Dirección Principal de Investigación de Aguas Profundas rusa (GUGI) en zonas que concentran cables de Internet, comunicaciones militares y líneas de energía, incluyendo conexiones clave con Noruega, Estados Unidos y el continente europeo.

Implicaciones

Rusia ha llevado la confrontación a la llamada “zona gris”: acciones hostiles que, por diseño, se mantienen justo por debajo del umbral que activaría una respuesta automática de la OTAN. El uso de láseres contra aeronaves militares occidentales es objetivamente un acto hostil, pero calibrado para no convertirse en casus belli formal.

El objetivo estratégico es transparente: señalar vulnerabilidad. Moscú está recordando a Londres y a toda la OTAN que posee la capacidad técnica de cortar, sabotar o manipular los cables submarinos que son la columna vertebral digital y financiera de Occidente. Un ataque sincronizado contra unos pocos puntos clave podría provocar un apagón de comunicaciones y transacciones con impacto económico y político inmediato, sin necesidad de disparar un solo misil sobre una ciudad.

La respuesta británica —reglas de enfrentamiento más agresivas, patrullas intensificadas, aviso público de “opciones militares”— aumenta también el riesgo de un incidente directo: una colisión, un disparo de advertencia mal entendido, un piloto lesionado por un láser. El primer choque armado abierto entre fuerzas rusas y occidentales puede no ocurrir en Ucrania, sino en la oscuridad del fondo del mar.

6. Crisis chino-japonesa: Japón cruza el Rubicón por Taiwán

Hechos

La primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, ha declarado ante la Dieta que una contingencia militar en Taiwán constituiría una “situación de amenaza a la supervivencia” para Japón. Esa expresión no es retórica: es una categoría jurídica concreta que abre la puerta al uso de la fuerza en autodefensa colectiva junto a Estados Unidos.

En paralelo, el ministro de Defensa Shinjiro Koizumi ha confirmado el despliegue de misiles superficie‑aire de medio alcance en la isla de Yonaguni, a unos 110 km de Taiwán, y ha visitado la base para remarcar que el despliegue “reduce la probabilidad de un ataque armado contra nuestro país”.

Pekín ha reaccionado con furia. El Global Times califica la postura de “hipócrita” y “provocadora”, el Ministerio de Exteriores chino ha citado al embajador japonés y China ha puesto en marcha la maquinaria de represalia económica:

  • Cancelación de paquetes turísticos masivos hacia Japón.

  • Suspensión de parte de las importaciones pesqueras y controles adicionales.

  • Advertencias oficiales a sus ciudadanos sobre viajar al país.

  • Incremento de las patrullas aéreas y navales cerca de las islas Senkaku/Diaoyu.

Para agravar la ironía, Estados Unidos ha decidido retirar el sistema de misiles Typhon —capaz de lanzar misiles Tomahawk y SM‑6 de largo alcance— de la base de Iwakuni, tras la presión china, justo cuando Japón da un paso adelante en su propia militarización defensiva.

Implicaciones

Japón ha abandonado definitivamente la cómoda ambigüedad estratégica. Al vincular de forma explícita su supervivencia a la suerte de Taiwán, asume que la guerra en el estrecho ya no es un escenario académico, sino una posibilidad que hay que preparar.

La respuesta china demuestra que Pekín entiende la gravedad del gesto. La weaponización del turismo y del comercio no busca solo castigar económicamente a Japón, sino activar a las élites empresariales niponas para que presionen al Gobierno y le pidan revisar el rumbo. Es una batalla por la voluntad política japonesa.

Geopolíticamente, el Mar de China Oriental se consolida como uno de los puntos de fricción más peligrosos del planeta. El risco no es solo un choque entre barcos o aviones en torno a las Senkaku; es que un incidente táctico dispare una cadena de compromisos automáticos entre Tokio y Washington, arrastrando a toda la alianza a una crisis con China.

Para Europa, que juega a mirar a otro lado, el mensaje es simple: mientras en Ginebra discute cómo cede territorio en Ucrania, en el Indo‑Pacífico las democracias que se sienten amenazadas no están cediendo ni un milímetro. Están armándose.

7. Bloque aéreo a Venezuela y despliegue del USS Gerald Ford

Hechos

La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) ha emitido un NOTAM (aviso a navegantes) A0012/25 prohibiendo, en la práctica, las operaciones de aeronaves estadounidenses sobre Venezuela y advirtiendo al resto de aerolíneas de una “situación de seguridad en deterioro”.

A las pocas horas, compañías como Iberia, TAP Air Portugal, Avianca, GOL y LATAM suspendieron sus rutas a Caracas, dejando al régimen de Maduro cada vez más aislado por aire.

Al mismo tiempo, el Pentágono ha desplegado el portaaviones USS Gerald Ford con su grupo de combate —destructores, fragatas, escoltas y dotación de F‑35— en el Caribe, acompañado de vuelos de demostración de bombarderos B‑52, bajo el paraguas retórico de una “operación antinarcóticos” contra el llamado “Cártel de los Soles”.

Filtraciones recogidas por Reuters y otros medios apuntan a que Washington se prepara para una “nueva fase de operaciones” en Venezuela, que incluiría operaciones encubiertas de la CIA destinadas a debilitar o derribar al régimen, y una posible designación del “Cártel de los Soles” como organización terrorista extranjera, con la consiguiente ampliación del marco legal para acciones coercitivas.

Implicaciones

No es una simple alerta de seguridad aérea. Es un torniquete logístico deliberado. El objetivo es estrangular las vías de escape y de abastecimiento de la élite chavista, usando el espacio aéreo como instrumento de cerco político.

La combinación de aislamiento civil, despliegue naval masivo y vuelos de B‑52 recuerda a los prólogos de intervenciones como la de Panamá en 1989. La administración Trump prepara el terreno para una intervención coercitiva que puede adoptar muchas formas: desde un golpe palaciego inducido a una operación quirúrgica con captura de figuras clave acusadas de narcoterrorismo.

Si Rusia o China decidieran enviar activos navales o aéreos para respaldar simbólicamente a Maduro, el Caribe podría revivir una versión actualizada de la Crisis de los Misiles. El riesgo de un incidente aéreo —un derribo accidental de un avión civil por sistemas S‑300 venezolanos, por ejemplo— añadiría una dimensión trágica al cálculo.

Durante años, Occidente toleró a regímenes autoritarios en su vecindario inmediato mientras el foco estaba en Oriente Medio y el Este de Europa. Ese margen se ha acabado. Y el laboratorio donde se va a probar esa nueva línea roja se llama Venezuela.

8. G20, COP30 y la doctrina energética Trump 2.0: un mundo que aprende a operar sin Estados Unidos

Hechos

En Johannesburgo ha concluido una cumbre del G20 marcada por la silla vacía estadounidense. Trump decidió boicotear el encuentro, alegando tanto la supuesta “persecución de la minoría afrikáner” como la cercanía de Sudáfrica a los BRICS+. Argentina, bajo Milei, se alineó con Washington y tampoco envió representación de alto nivel.

Pese a la ausencia de la primera economía del planeta, los otros 19 países alcanzaron una declaración conjunta, con referencias a:

  • La necesidad de reforzar el multilateralismo económico.

  • El compromiso con la transición energética.

  • La defensa de la integridad territorial ucraniana, en contraste con el plan de paz de Trump.

En paralelo, en Belém, en el corazón de la Amazonia brasileña, la COP30 se ha cerrado con un acuerdo de mínimos: promesa de triplicar la financiación para adaptación climática y algunos mecanismos de apoyo a países vulnerables, pero sin comprometer explícitamente una eliminación progresiva de los combustibles fósiles, bloqueada por la resistencia de Arabia Saudí y otros productores.

Mientras el multilateralismo climático intenta sobrevivir, en Washington se ha movido otra ficha decisiva: el Banco de Exportación e Importación de Estados Unidos (Ex‑Im Bank) ha anunciado un plan para movilizar 100.000 millones de dólares destinados a convertir la “dominancia energética” norteamericana en eje de su proyección exterior.

El nuevo presidente del Ex‑Im, John Jovanovic, ha adelantado un primer paquete que incluye:

  • 4.000 millones para exportaciones de gas natural licuado (LNG, gas natural licuado) hacia Egipto.

  • Un préstamo de 1.250 millones para la mina de cobre y oro de Reko Diq, en Pakistán.

  • Futuras inversiones en energía nuclear en el sudeste europeo.

  • Proyectos vinculados al uranio y minerales críticos.

En paralelo, Estados Unidos y China han acordado una tregua comercial táctica: Pekín suspende sus restricciones de exportación sobre tierras raras y otros minerales críticos y se compromete a compras agrícolas y cooperación contra el fentanilo; Washington relaja temporalmente algunas restricciones tecnológicas y arancelarias. La tregua tiene fecha de caducidad: noviembre de 2026.

Implicaciones

G20 y COP30 dibujan la misma silueta: un mundo que intenta gobernarse sin Estados Unidos o, en ocasiones, a pesar de Estados Unidos. La ausencia de Washington debilita la legitimidad y la capacidad de implementación de los acuerdos, pero también libera espacio para que China y, en menor medida, Europa, se presenten como centros alternativos de liderazgo.

El giro del Ex‑Im Bank cristaliza la doctrina energética Trump 2.0: si Estados Unidos se retira del multilateralismo climático, no renuncia al poder energético; lo reconvierte en palanca geopolítica. LNG, nuclear y minerales críticos se convierten en las nuevas fichas de dominó. El objetivo no es solo negocio, sino construir cadenas de suministro “seguras” que reduzcan la dependencia de China y Rusia.

Países como Pakistán o Egipto se encuentran ante su enésimo dilema: aceptar financiación masiva con condiciones estratégicas implícitas (alineamientos, acceso a puertos, compromisos regulatorios) o seguir en manos de bancos chinos y fondos del Golfo. La competencia por el Sur Global se libra, cada vez más, en el terreno de la energía y la infraestructura.

La tregua comercial con China revela una verdad incómoda para ambos: ni Washington puede desacoplarse de los minerales chinos sin hundir su industria de defensa y su transición verde, ni Pekín puede permitirse un choque frontal cuando su economía interna se desacelera. Es una paz armada tecnológica, no reconciliación.

En este contexto, Europa corre el riesgo de quedarse atrapada entre dos realidades: pronuncia discursos climáticos en Belém, mientras su principal aliado reabre masivamente la puerta al gas fósil y la nuclear estratégica. Si Bruselas no articula una posición coherente que concilie seguridad energética, defensa y clima, otros decidirán por ella.

9. Nigeria: el secuestro del St. Mary’s y la desintegración del Estado

Hechos

En Papiri, en el estado nigeriano de Níger, un grupo de hombres armados ha secuestrado a 303 estudiantes y 12 profesores de la escuela católica St. Mary’s. En las horas posteriores, unos 50 alumnos lograron escapar por sus propios medios, según fuentes de la Iglesia. Permanecen cautivas alrededor de 253 personas: 250 estudiantes, tres hijos de miembros del personal y 12 docentes.

El Gobierno ha ordenado el cierre de 47 colegios en la región norte, incapaz de garantizar la seguridad mínima de los centros escolares. El papa Leo XIV ha hecho un llamamiento urgente desde la plaza de San Pedro para la liberación inmediata de los rehenes.

No se trata del primer caso de secuestro masivo en el norte de Nigeria, pero sí de los más graves en años recientes. La violencia no emana exclusivamente de grupos yihadistas como Boko Haram; cada vez más, bandas criminales armadas han convertido el secuestro industrial en un modelo económico estable.

Implicaciones

Nigeria, el gigante demográfico de África con unos 220 millones de habitantes, exhibe síntomas avanzados de estado fallido en amplias zonas de su territorio. La incapacidad del Gobierno para proteger una escuela católica convierte la crisis de seguridad en un problema también sectario: comunidades cristianas, ya bajo presión, ven cómo incluso sus espacios educativos resultan vulnerables.

La normalización del secuestro masivo tiene un efecto devastador:

  • Desincentiva la educación, especialmente de las niñas, perpetuando el atraso.

  • Alienta el éxodo interno y externo, alimentando las rutas migratorias hacia el Sahel, el Magreb y, en último término, Europa.

  • Debilita la confianza en el Estado y refuerza estructuras paralelas (milicias, señores de la guerra, redes religiosas).

Para Europa, que mira a Ucrania y al Indo‑Pacífico, Nigeria es el frente silencioso que, de hundirse, multiplicará las presiones migratorias y la inestabilidad en toda África occidental. Las imágenes de St. Mary’s son también un espejo de las consecuencias de décadas de retórica sobre “apoyo al desarrollo” sin una apuesta real por la seguridad y la gobernanza.

10. Elecciones en República SRPSKA: el desafío separatista balcánico

Hechos

En la entidad serbobosnia de República Srpska, parte constitutiva de Bosnia y Herzegovina, se han celebrado elecciones presidenciales anticipadas tras la destitución y la inhabilitación por seis años del líder nacionalista Milorad Dodik, sancionado por desafiar al Tribunal Constitucional y al Alto Representante internacional mientras avanzaba una agenda abiertamente secesionista.

Los comicios enfrentaban a Sinisa Karan, delfín de Dodik y candidato del partido gobernante SNSD, con la opositora Jelena Trivić y otros aspirantes de corte más moderado. Los resultados preliminares otorgan a Karan alrededor del 54,4 % de los votos, frente al 35,4 % de Trivić. La participación ha rondado el 31 % de los 1,2 millones de votantes, reflejo de una mezcla de fatiga, resignación y desconfianza.

Al Jazeera y otros medios recuerdan que la campaña se desarrolló bajo una retórica abiertamente separatista y de hostilidad hacia Sarajevo y las instituciones creadas por los Acuerdos de Dayton.

Implicaciones

Estas elecciones no son un ejercicio rutinario de alternancia. Son, de facto, un plebiscito sobre la secesión. Dodik, aunque formalmente inhabilitado, conserva el control del aparato político y mediático, y utiliza a Karan como instrumento para desmantelar Dayton desde dentro.

Una victoria clara del candidato continuista, en un contexto de distracción europea por Ucrania y Oriente Medio, puede ser el preludio de:

  • Declaraciones unilaterales de transferencia de competencias a Banja Luka.

  • Bloqueos sistemáticos de las instituciones centrales bosnias.

  • Movilizaciones y contramovilizaciones que reactiven viejas líneas de fractura étnica.

Para Moscú, se trata de un frente barato de desestabilización en la retaguardia de la OTAN. Para la UE y la OTAN, el escenario de pesadilla es obvio: una República Srpska caminando lentamente hacia la secesión, alentada por Rusia, mientras Bruselas sigue prometiendo una “perspectiva europea” abstracta que no llega nunca.

Los Balcanes ya demostraron en los años noventa que sus guerras no se quedan en casa. Ignorar la mecha serbobosnia hoy sería repetir el error de entonces, pero con menos margen de reacción, más frentes abiertos y un adversario ruso dispuesto a explotar cada grieta.

II. SEMÁFORO DE RIESGOS

Riesgo ROJO (alto, inminente)

  1. Escalada Israel–Hezbolá–Líbano

    La eliminación del conocido terrorista Tabtabai en pleno sur de Beirut podría empujar a Hezbolá a responder si no quiere perder credibilidad ante su base y ante Irán. La probabilidad de ataques de saturación con misiles sobre territorio israelí es alta. El margen de maniobra de la ONU y de Francia en el Líbano es mínimo. Un error de cálculo puede desencadenar una guerra regional que cierre el espacio aéreo del Levante, golpee el mercado energético y arrastre a Irán de forma más directa.

  2. Arquitectura de seguridad europea (plan de Ucrania)

    Si el plan de 28 puntos, incluso con cosmética europea, consagra anexiones rusas y límites soberanos dictados desde fuera, el golpe a la credibilidad del orden europeo será duradero. En las próximas 72 horas se juega si Zelenski acepta seguir negociando dentro de ese marco o rompe la baraja, arriesgándose a que Trump cumpla su amenaza de cortar la ayuda.

  3. Gaza y legitimidad del sistema ONU

    Un plan de paz presentado como histórico mientras continúan bombardeos masivos y presión humanitaria selectiva destruye la autoridad moral de Naciones Unidas y alimenta la narrativa del doble rasero que explotan Rusia, China e Irán. El colapso total del alto el fuego es una posibilidad real si Hamás o grupos afines deciden lanzar una operación espectacular en respuesta.

  4. Escalada de ataques a infraestructuras en Ucrania y Rusia

    La combinación de drones rusos sobre Khárkiv y Dnipró y drones ucranianos golpeando centrales en la región de Moscú acerca el conflicto a un ciclo de represalias sobre objetivos energéticos y urbanos. Una ola de apagones masivos en invierno puede tener consecuencias políticas imprevisibles en Moscú o Kiev.

Riesgo NARANJA (elevado, estructural)

  1. Venezuela / Caribe

    El despliegue del USS Gerald Ford, la alerta de la FAA y la intensificación de operaciones de inteligencia crean un entorno extremadamente tenso. El riesgo de incidente aéreo o naval es significativo. Una acción encubierta que salga mal puede provocar una reacción rusa o china y reabrir el fantasma de la confrontación en el Caribe.

  2. Indo‑Pacífico (Japón–China–Taiwán)

    La decisión de Takaichi y el despliegue en Yonaguni, combinados con la retirada del Typhon estadounidense, colocan a Japón en la primera línea. Pekín responderá con más patrullas, más presión económica y más retórica. El riesgo de colisión o confrontación en torno a las Senkaku/Diaoyu aumenta cada día.

  3. Mar del Norte y guerra híbrida submarina

    Mientras el Yantar y otros buques similares sigan operando sobre cables críticos, el riesgo de un “accidente” o sabotaje deliberado crece. El Reino Unido ha avisado de que tiene “opciones militares listas”, pero el umbral a partir del cual se consideraría un acto de guerra sigue indefinido.

  4. Radicalización institucional en Yemen y entorno del mar Rojo

    Las condenas a muerte hutíes por supuesta colaboración con Israel y Occidente refuerzan un poder de facto que se siente legitimado para usar la justicia como arma. Si se ejecutan de forma pública, las reacciones occidentales (sanciones, presión sobre intermediarios como Omán o Catar, refuerzo de patrullas navales) pueden tensar aún más el mar Rojo, con impacto directo sobre el comercio global.

  5. Deriva de la República Srpska

    Una victoria clara del candidato de Dodik abrirá la puerta a pasos laterales hacia la secesión, al calor del apoyo ruso. El marco de Dayton puede entrar en una fase de erosión silenciosa que reactive fantasmas balcánicos en un momento en que Europa tiene la mirada fija en el este y el sur.

  6. Nigeria y el colapso educativo‑securitario

    El éxito operativo del secuestro de St. Mary’s incentiva imitaciones. Si el Estado no responde con firmeza, el secuestro masivo se consolidará como “industria” para bandas armadas en el norte, acelerando la deslegitimación estatal y la migración.

Riesgo VERDE (bajo, pero a vigilar)

Aquí casi nada es realmente verde. Lo único que se salva es el hecho de que, pese al ruido y la irresponsabilidad estadounidense en foros como el G20, todavía existen mesas —Ginebra, Belém, Johannesburgo— donde las capitales hablan.

La tregua comercial EE.UU.–China sobre minerales críticos reduce el riesgo inmediato de ruptura súbita de cadenas de suministro, pero es una paz armada temporal con fecha de caducidad: noviembre de 2026.

III. RACK DE MEDIOS INTERNACIONALES: LA GUERRA DE LOS RELATOS

La fragmentación del orden internacional se ve reflejada en una fragmentación paralela de las narrativas mediáticas. No existe una “comunidad internacional” homogénea; existen bloques de información que habitan realidades distintas.

Bloque anglosajón (NYT, Washington Post, FT, The Telegraph, WSJ, BBC, CNN, AP, Reuters)

Este bloque oscila entre el triunfalismo transaccional y la alarma de seguridad.

  • Sobre Ginebra, New York Times y Washington Post hablan de “progreso tremendo”, “marco de paz refinado” y “reconciliar diferencias”, pero dejan claro que el plan fue negociado en origen entre Washington y Moscú, con Ucrania como invitada tardía.

  • Financial Times y The Telegraph desnudan la realidad: el texto inicial se parece demasiado a una “lista de deseos del Kremlin”; la contrapropuesta europea se filtra casi en tiempo real, incluyendo el retorno de Putin al G8.

  • WSJ ve por primera vez una posible “salida” del atolladero ucraniano, aunque advierte del impacto en la credibilidad de la OTAN.

  • BBC y CNN se esfuerzan en subrayar que el plan “no es una oferta final”, que puede modificarse, pero recogen sin tapujos la expresión “cero gratitud” y el ultimátum del día 27.

En Oriente Medio, estos mismos medios dividen su foco entre:

  • La eliminación de Tabtabai en Beirut (como demostración de capacidad israelí).

  • La ficción del alto el fuego en Gaza, con fotos de Nuseirat y datos de víctimas.

  • La radicalización judicial de los hutíes en Yemen, con las 17 condenas a muerte como símbolo de un poder de facto que se siente impune.

En el frente de seguridad económica, FT y WSJ se centran en el Yantar, en los cables submarinos y en la doctrina energética del Ex‑Im Bank, a la que ven como el brazo financiero del repliegue estratégico de Estados Unidos.

Bloque europeo continental (Le Monde, Le Figaro, FAZ, Die Welt, Corriere, El País, France24, Euronews)

Aquí dominan el pánico existencial y la sensación de orfandad estratégica.

  • Le Monde y El País se obsesionan con Ginebra, hablando sin rodeos de un plan que “favorece mayormente las demandas rusas” y de una Europa que intenta desesperadamente introducir contrapesos.

  • La prensa alemana (FAZ, Die Welt) advierte del impacto de una Ucrania mutilada en la seguridad de Alemania y el flanco oriental.

  • Sobre Japón y China, Le Monde habla del “pacifismo japonés puesto a prueba” y recuerda los paralelismos con el preludio de Pearl Harbor.

  • En el terreno económico, la cobertura de la COP30 es abiertamente amarga: “acuerdo de mínimos”, “golpe a Lula”, “unidad climática frágil”.

Europa se mira al espejo y ve algo que no le gusta: demasiada dependencia militar de Estados Unidos, demasiada dependencia energética de otros y poca capacidad para imponer su agenda.

Bloque revisionista (RT, TASS, China Daily, Global Times)

Aquí la narrativa es de victoria inevitable.

  • RT y TASS presentan Ginebra como prueba de que Occidente ha aceptado la “realidad sobre el terreno” y está dispuesto a construir un plan sobre las exigencias básicas de Moscú: territorio, neutralidad ucraniana, fin de sanciones.

  • Los medios chinos presentan la crisis con Japón como culpa exclusiva de Tokio: Takaichi habría “cruzado la línea roja” sobre Taiwán y el despliegue de misiles sería una “provocación grosera”.

  • Global Times aprovecha el boicot estadounidense al G20 para presentarse como defensor del multilateralismo frente a un Washington errático.

En este bloque, la eliminación de Tabtabai se usa para mostrar un Occidente que permite a Israel lo que dice negar a Rusia: “cambiar realidades por la fuerza y luego pedir reconocimiento”.

Bloque Oriente Medio (Al‑Jazeera, Al‑Arabiya, Asharq Al‑Awsat, Haaretz, Jerusalem Post)

La región vive en modo guerra total.

  • Al‑Jazeera insiste en las casi 500 violaciones israelíes de la tregua en Gaza, habla sin ambages de genocidio por goteo y analiza Ginebra como una conferencia que legitima la fuerza en Europa mientras normaliza la ocupación en Palestina.

  • Jerusalem Post celebra el asesinato de Tabtabai como restauración de la disuasión y se pregunta qué significa el ataque para los distintos ceses el fuego. Haaretz introduce la duda: ¿se acerca esto a la seguridad o simplemente aplaza el próximo ciclo de guerra?

  • Los medios del Golfo miran a Yemen con una mezcla de horror y cálculo: las ejecuciones hutíes pueden obligar a posicionarse con más claridad, justo cuando están intentando una distensión con Irán.

Bloque indo‑pacífico 

Yomiuri

Japan Times

South China Morning Post

Straits Times

Times of India, Hindustan Times)

En el Indo‑Pacífico se lee todo con gafas de equilibrio China‑Estados Unidos.

  • Yomiuri y Japan Times cubren al detalle el despliegue de misiles en Yonaguni y la gira de Koizumi por las bases del sur, recordando que Japón estudia desde hace años desarrollar su propia capacidad de ataque terrestre.

  • South China Morning Post subraya el enojo de Trump con Ucrania y el retiro del sistema Typhon de Japón, y ve el movimiento japonés como parte de la presión sobre China.

  • Straits Times y la prensa india, desde ángulos distintos, leen el plan de paz de Trump como prueba de hasta dónde llega realmente el compromiso occidental: si se abandona a Ucrania, ¿qué garantiza que no ocurrirá algo similar con Taiwán o con India frente a China o Pakistán?

Bloque Sur Global y América Latina (Clarín, El Mercurio, Reforma, Infobae…)

En América Latina, la agenda propia se impone.

  • Clarín, El Mercurio y Reforma priorizan la crisis venezolana: alerta de la FAA, aislamiento aéreo, portaaviones en el Caribe. Ucrania y Taiwán aparecen, pero siempre subordinados a la pregunta: ¿cómo nos afecta que el patio trasero de Estados Unidos se caliente?

  • Sobre el clima, Lula aparece como protagonista trágico: la “COP de la verdad” en Belém termina en compromiso de mínimos; Brasil quiere liderar, pero su modelo económico vive de exportar commodities.

Medios especializados (Foreign Affairs, The Economist, Politico, The Hill, National Interest)

  • The Economist ve en Ginebra el laboratorio de cómo se reescribe el orden europeo y en la crisis sino‑japonesa la prueba de que la contención en Asia ha terminado.

  • Foreign Affairs y National Interest debaten escenarios de posguerra en Ucrania: restauración, congelación o partición.

Politico y The Hill se centran en el pulso interno estadounidense: congresistas horrorizados ante un plan de paz visto como entrega a Putin, frente a una Casa Blanca que quiere cerrar el frente europeo para concentrarse en China.

Claves del día de Jose A. Vizner

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